Hoy, en KZgunea, vamos a hablarte de qué es el ‘grooming’ a menores, otro de los peligros que nos encontramos en internet. El online grooming es mucho más común de lo que pensamos; por eso después de alguna actualización, se ha incluido la regulación del ‘grooming’ dentro del Proyecto de Ley Orgánica aprobado el pasado año, para la protección de los menores de edad en los entornos digitales.
¿Qué es el grooming?
Se podría traducir como ciberengaño pederasta, consiste en la creación de un perfil falso de Internet con el objetivo de engañar a menores de edad para llevar a cabo cualquier tipo de actividad sexual.
Los menores son acosados por un adulto para conseguir diverso material de tipo fotográfico o vídeos de contenido sexual, o buscar encuentros personales para tener después un abuso sexual físico, e incluso llevarse a cabo prostitución infantil.
La forma más común de contacto, según atestados policiales, es a través de Instagram (30%), MSN Messenger (22%), Tuenti (21%) y WhatsApp (13%).
Personas expertas califica en tres niveles los efectos que el ‘grooming’ puede tener en los menores: desde problemas sociales y psicológicos que se ven reflejados en la escuela o en casa, hasta casos de suicidio. Entre las consecuencias psicológicas más habituales, aparecen la ansiedad y la depresión, presentándose secuelas muy diversas en función del abuso, su duración, el apoyo recibido y otras variables.
¿Cómo actúan y cuál es el perfil de los agresores?
Los agresores establecen un vínculo de confianza con las víctimas y las aíslan o alejan de su entorno (familia, amistades, profesorado…) para así pasar a la dependencia y asegurarse de que el abuso no se destapa.
Una vez afianzada la relación por medio de preguntas que aseguran que los menores no van a descubrirlos, los agresores avanzan introduciendo la temática sexual, llegando a solicitar material audiovisual o encuentros físicos.
Según un informe de Save the Children, el 57,4% de los menores afectados son chicas, mientras que el 42,6% son chicos. Asimismo, la edad media, en ambos casos, ronda los 13 años.
Analizando el perfil de los goomers, es destacable que el 47,5 % son desconocidos para las víctimas, mientras que el 3,3% son familiares. También es relevante que el 91,5% de los agresores no tiene antecedentes de ningún tipo.
«El problema es que en la mayoría de ocasiones no se denuncia y en los casos que llegan a juicio, las víctimas ven vulnerados sus derechos», denuncia Save the Children.
Consejos para prevenir el grooming
Queremos hacer hincapié en la prevención de este tipo de acoso tan extendido hoy en día en internet. Estos son algunos consejos dirigidos a menores y a padres/madres/tutores dispuestos a educar para prevenir el ‘grooming’:
- Rechaza los mensajes de tipo sexual o pornográfico. Exige respeto.
- No debes publicar fotos tuyas o de tus amigos/as en sitios públicos.
- Utiliza perfiles privados en las redes sociales.
- Cuando subas una foto en tu red social, asegúrate de que no tiene un componente sexual. Piensa si estás dispuesto/a a que esa foto pueda llegar a verla todo el mundo y para siempre.
- No aceptes en tu red social a personas que no hayas visto físicamente y a las que no conozcas bien. Si tienes 200, 300 o 500 amigos estás aceptando a personas que realmente no son amigos ni familiares tuyos.
- Respeta tus propios derechos y los de tus amigos/as. Tienes derecho a la privacidad de tus datos personales y de tu imagen: no los publiques ni hagas públicos los de otros.
- Mantén tu equipo seguro: utiliza programas para proteger tu ordenador contra el software malintencionado.
- Utiliza contraseñas realmente privadas y complejas. No incluyas en tus nicks e identificativos datos como tu edad, etc.
- Si se ha producido una situación de acoso guarda todas las pruebas que puedas: conversaciones, mensajes, capturas de pantalla.
- Si se ha producido una situación de acoso NO cedas ante el chantaje. Ponlo en conocimiento de tus padres, pide ayuda al Centro de Seguridad en Internet para los menores. Denunciarlo a las autoridades pertinentes cuanto antes ayudará a darle visibilidad al problema. Recuerda: “No estás sólo/a”.
Además, el acceso a Internet, en especial de los más pequeños, debe contar con la supervisión de una persona adulta, para que podamos enseñarles poco a poco cómo utilizar las diferentes herramientas que tienen, sobre todo acompañamiento y supervisión.
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