Últimamente estamos escuchando algunas palabras extrañas o poco conocidas, que no sabemos exactamente lo que son. Entre estas palabras se encuentra el Sexting, que es un práctica llevada a cabo tanto por jóvenes como por adultos.
Hoy en KZgunea intentaremos explicar en qué consiste esta práctica, qué riesgos conlleva y algunas medidas de prevención.
¿Qué es el Sexting?
El sexting es el envío de fotografías o vídeos producidos por uno mismo y que tienen connotación sexual. No es un problema de seguridad, sino una práctica de riesgo, ya que una vez enviados estos contenidos, perdemos el control sobre ellos y pueden ser utilizados de forma dañina por los demás.
¿Qué riesgos conlleva?
El peligro de esta práctica, comienza por la divulgación o expansión del contenido entre personas que no eran los destinatarios originales de las fotografías y/o los vídeos. Este tipo de contenido es de carácter íntimo, por lo que su visualización por parte de otras personas que no fueran el destinatario, puede producir una sensación de humillación y traición. Además, la divulgación de este tipo de contenido puede traer consecuencias más peligrosas para el protagonista del contenido:
- Ciberacoso o ciberbullying: Los receptores de las imágenes y vídeos podrían acosar al protagonista.
- Acoso sexual o Grooming: En el caso de que haya menores de por medio, el acercamiento o acoso de adultos hacia menores con intenciones sexuales recibe el nombre de Grooming. El acosador, sea adulto o no, podría pedir más contenido de esta clase a cambio de no divulgarlo, o incluso contacto sexual directo.
- Chantaje y extorsión: se puede dar el caso de que se realice un chantaje solicitando una “recompensa” a cambio de no divulgar el contenido. Esta recompensa podría ser económica o de otra clase.
- Riesgos físicos: las fotografías pueden contener información sensible sobre la localización de dónde han sido sacados o grabados (viviendas, escuelas…). Estos datos podrían utilizarse por agresores que podrían seleccionar a posibles víctimas.
Para aquellos que participen en su difusión y dependiendo de su edad, también puede haber consecuencias legales por delitos como:
- Revelación de secretos y delitos contra la intimidad y el honor.
- Delitos contra la libertad sexual.
- Exhibicionismo y provocación sexual.
- Generación, producción, difusión y tenencia de contenido sobre abuso sexual a menores.
Medidas de prevención
No podemos evitar que los adultos realicen este tipo de práctica, pero sí que podemos prevenir los riesgos en los menores, fomentando actitudes para que se comporten de manera responsable.
- Concienciar y promover el cuidado de la privacidad: Es necesario que los menores comprendan las consecuencias que la falta de privacidad pueden traer tanto en la actualidad como en el futuro.
- Desarrollar la autoestima y facilitar un ambiente de confianza: Promover que los menores tengan una autoestima saludable y que aprendan a valorarse a sí mismos, hará que no dependan tanto de la opinión de los demás. Si además mantenemos una comunicación familiar de confianza, el menor será capaz de solicitar ayuda/consejo en caso necesario, y así se podrían llegar a evitar los riesgos que puedan producirse.
- Utilizar las opciones de privacidad y seguridad de cuentas y dispositivos: al proteger las cuentas de redes sociales así como los dispositivos que se utilicen, se consigue que estos sean más seguros y se evita que alguien ajeno pueda visualizar la información (fotografías, vídeos…) almacenada en ellos.
- Valorar la edad y madurez del menor: es posible que el menor aún sea demasiado joven como para utilizar de manera autónoma su propio dispositivo, por lo que debemos valorar si éste es lo suficientemente responsable y maduro.
- No fomentar el sexting ni participar en su difusión: el sexting tiene dos partes: se puede ser protagonista o receptor. Debemos concienciar a los menores de los peligros que conlleva esta práctica en ambos casos.
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